La tecnología de consumo llega a las empresas

La tecnología de consumo llega a las empresas

3 Febrero 2017

Son tiempos de transformación digital, existe una gran oportunidad para ganar en eficiencia y conocer mejor a nuestros clientes, pero habrá efectos colaterales. ¡Tomemos posiciones!

Los usuarios, los consumidores finales cuentan con más tecnología en sus manos que en toda la historia de la humanidad, ¿y qué hacen diariamente con toda esa tecnología?, la respuesta es personalizar los servicios que reciben.

Google mira nuestras búsquedas, los correos electrónicos y cualquier otro comportamiento, Facebook hace lo mismo, los medios digitales nos meten cookies para rastrear lo que buscamos y ofrecernos publicidad a la medida, los Smartphone registran nuestra ubicación...

La interacción con la máquina alcanza a los automóviles, a lavadoras, a termostatos, ... máquinas que han sido diseñadas para saber lo que haces, cómo y cuándo lo haces y así auto-ajustarse para ofrecer un mejor servicio al consumidor.

Definitivamente hemos decidido perder la privacidad.

Lo curioso es que podemos parar o desconectar muchas de estas funciones de espionaje y sin embargo... no lo hacemos, parece ser que la personalización ha triunfado.

Las empresas no son ajenas a la sociedad, muy al contrario, ofrecen servicios que el consumidor demanda, y parece ser que el consumidor (sea empresa o consumidor final) está demandando personalización. Ahora se puede realizar el mantenimiento predictivo y a distancia de cualquier aerogenerador de un parque eólico, o de un motor, tomado como unidad, no como conjunto. ¿porqué voy a tener que llevar mi coche a revisión cada 15.000 kms si mi modo de conducir es diferente al de otros conductores?. La personalización influirá en la fijación de precios, así podré comprarme un coche usado en función de la información que me dé, de cómo ha sido usado, mantenimientos reales, ...

Una cámara en mi ordenador, un software de control, ... va a permitir configurar el puesto de trabajo y tus tareas de la manera más óptima. Puede parecer raro que recibas órdenes de cómo manejar una máquina, pero es efectivo, la formación en el puesto de trabajo y just in time. Millones de datos que, analizados, pueden personalizar el entorno de trabajo en función del día, la hora, el estado de ánimo...

No hace falta señalar, pero seguro que a todos se nos ocurren media docena de firmas tecnológicas que gozan de un gran poder en el mercado de consumo y que están tomando posiciones en el mercado de los negocios. Llevan años educándonos de que es mejor un servicio a medida que permanecer en el anonimato que otorga la privacidad.

En un futuro cercano no habrá espacio entre cómo actuamos en nuestra vida privada y cómo lo hacemos en la profesional.

Estamos empezando, son tiempos de transformación digital, existe una gran oportunidad para ganar en eficiencia y conocer mejor a nuestros clientes, pero conllevará efectos colaterales que algunos pagarán hasta con su desaparición de la faz del mercado. Hablamos no solo de empresas, también de países y entidades territoriales mayores como ¿la Unión Europea?

Tras el argumento de proteger al ciudadano se encuentra una pugna geoestratégica librada en el mundo de los negocios. La unión Europea ha lanzado un mensaje rotundo a EEUU “Cualquier Estado miembro podrá bloquear el envío de datos personales a EEUU”, según una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE. La justicia europea, además, reprocha al Ejecutivo comunitario (la Comisión) su “laissez faire”, ya que la legislación europea no permite que los datos personales se envíen fuera de sus fronteras salvo si el país de destino cuenta con un reglamento de protección adecuado y, hasta ahora, Bruselas consideraba seguro a EEUU y sus empresas.

Pero mientras se reconoce el derecho a la privacidad de los datos de las personas, millones de ellas siguen alimentando las bases de datos de grandes compañías que ya han desembarcado en el mercado de consumo pero que en breve lo harán en el mercado de los negocios o B2B y una vez realizado el desembarco... habrán cambiado las reglas del juego. ¡Tomemos posiciones!